La soberanía alimentaria es el derecho de los pueblos al acceso a alimentos sanos y culturalmente apropiados, producidos mediante métodos ecológicamente racionales y sostenibles, así como su derecho a definir sus propios sistemas alimentarios y agrícolas. Sitúa las aspiraciones y necesidades de quienes producen, distribuyen y consumen alimentos en el centro de los sistemas y las políticas alimentarias, en lugar de posicionar las exigencias de los mercados y las empresas (Declaración de Nyéléni de 2007).
La soberanía alimentaria también se centra en el derecho de las personas a una alimentación sana y asequible; sin embargo, tiene un enfoque más amplio sobre la producción sostenible y las cuestiones de dónde y cómo se producen los alimentos. Hace hincapié, por ejemplo, en los alimentos producidos de forma ecológica, la seguridad de la tenencia para los pequeños agricultores y los conocimientos locales. Además, se valora como importante dar prioridad a las economías y mercados locales y nacionales y apoyar la producción a pequeña escala, basada en la agricultura familiar.
Stapleton ha llevado la soberanía alimentaria un paso más allá y la ha implementado en un contexto de alimentación escolar, el cual se centra en los derechos de las comunidades y sus hijos e hijas. Además, el enfoque de la soberanía alimentaria escolar se centra en los procesos participativos y en la colaboración entre las partes interesadas y las personas implicadas en el sector alimentario escolar local. Esto es algo que debería impregnar todos los procesos y decisiones. Más concretamente, deberían tomarse decisiones locales sobre qué alimentos servir, y estas deberían determinarse junto con los sectores interesados de cada parte del sistema alimentario escolar, lo que significa productores de alimentos, trabajadores y consumidores.
Por ello, es importante que los decisores políticos también se impliquen en apelar a la creatividad y a la energía positiva del alumnado, con el fin de fomentar su sentido de la responsabilidad y de la propiedad. Promover que los niños y las niñas participen en las decisiones sobre la alimentación escolar allana el camino para un cambio sostenible de los hábitos alimentarios. También aumenta su confianza y capacidad de liderazgo, convirtiéndolos en agentes del cambio y consumidores conscientes.
En el marco del proyecto SchoolFood4Change, hemos llevado a cabo estos últimos meses los denominados «Días del Comedor». Los objetivos del “Día del Comedor” son los siguientes:
- Promover la educación para la salud y el consumo sostenible en relación con la alimentación y el estilo de vida para combatir la obesidad y las enfermedades crónicas;
- Potenciar el papel central de las familias como transmisoras de la cultura de la salud y la nutrición;
- Proponer acciones que puedan ser replicadas en casa diariamente;
- Facilitar intercambios con productores/as locales.
Estos eventos han tenido lugar en abril en Madrid y en mayo y junio en Zaragoza, como ciudades replicadoras o asociadas, respectivamente, del proyecto SchoolFood4Change. Los grupos destinatarios han sido el propio alumnado de escuelas infantiles municipales, familias, personal docente de las escuelas y personas productoras.
Las actividades que se han realizado durante este día han sido diversas, desde charlas sobre qué es una alimentación saludable y sostenible para niños y niñas de 0-3 años; visitas a mercados municipales; visitas a granjas-escuela o la organización de un mercado con productores locales, culminando en un almuerzo o merienda saludable en la mayoría de los casos. Estas experiencias han sido enriquecedoras para todos los participantes – alrededor de 200 personas en total -, quienes se han sentido interpelados a profundizar en su aprendizaje en materia alimentaria.
Actividades similares tendrán lugar a lo largo del curso 2024-2025 en otras escuelas infantiles municipales de Madrid y en colegios de primaria de la Comunitat Valenciana.
Mensa Cívica promueve una alimentación cotidiana de calidad que tenga un impacto positivo en el estilo de vida y en la salud de las personas y de las comunidades. Los comedores deberían ser lugares de convivencia – y, a su vez en escuelas, en este caso – espacios de aprendizaje. Los proyectos de alimentación cotidiana destinados a mejorar los comedores son un reto importante para mejorar la calidad de vida de una gran parte de la población, ya que pensamos que un cambio en el sector de la alimentación escolar también marcará la diferencia en el sistema alimentario en general. La educación alimentaria en los primeros años de vida contribuye a crear la memoria sensorial del niño y niña, al tiempo que define gustos y hábitos y le hace más consciente de sus elecciones alimentarias (ahora y en el futuro).